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2021 cierra con excelentes resultados para los activos de riesgo. 2022 quedará a expensas de las políticas monetarias de los bancos centrales

31.01.2022

Los índices bursátiles cerraron los dos últimos meses del año con subidas a ambos lados del Atlántico a pesar de la irrupción de la variante ómicron. La nueva cepa del coronavirus sembró inquietud a escala global tras los primeros compases desde su descubrimiento, especialmente tras las declaraciones del CEO de Moderna, en las que advertía sobre la posibilidad de que las vacunas no fuesen efectivas. Sin embargo, el mercado reaccionó con entusiasmo tras el anuncio de los resultados favorables en términos de efectividad de la vacuna de Pfizer/BioNTech. Aseguraron que su tratamiento es efectivo contra la nueva variante, siempre y cuando se inoculen tres dosis, y, además, prometieron un nuevo tratamiento específico para esta cepa en marzo de 2022. Desde la perspectiva sanitaria, los primeros estudios apuntan que ómicron, si bien es más contagiosa, es menos letal que la variante delta, por lo que no se prevé que la presión hospitalaria sea tan severa como lo fue en anteriores olas de contagios. Por el lado negativo, se produjo una sucesión de nuevas políticas de restricción social en varios países europeos con el objetivo de frenar la propagación del virus, aunque el mercado parece tener en cuenta el carácter transitorio de estas medidas, lo que, junto con el hecho de que Estados Unidos decidiera no decretar un confinamiento “duro”, animó al sentimiento inversor. Finalmente, el gigante inmobiliario Evergrande confirmó el default al no poder hacer frente al pago de un cupón tras el periodo de gracia de 30 días. Como contrapunto a este problema, el Gobierno chino relajó las reservas requeridas para los bancos domésticos con el objetivo de mantener la liquidez en el sistema.

En términos de política monetaria, el presidente Biden renovó a J. Powell para un segundo mandato al frente de la Reserva Federal. En su última reunión del año, la Fed mantuvo sin cambios los tipos de interés de referencia (0 %-0,25 %), tal y como se esperaba, aunque decidió doblar el ritmo de reducción de compras de activos desde los niveles anunciados en noviembre. Así pues, a partir del próximo mes de enero, el volumen de compras se reducirá en 30.000 millones de dólares (20.000 millones de dólares de deuda pública y 10.000 millones de dólares de MBS). Por otro lado, los miembros del Comité de Mercados (FOMC) señalaron en el diagrama de puntos el incremento en las expectativas de subidas de los tipos de interés de referencia (3 subidas en 2022, 3 subidas en 2023 y 2 subidas adicionales en 2024), aunque dejaron inalteradas las previsiones correspondientes a los tipos de interés a largo plazo (2,5 %). Finalmente, destacó el cambio de tono de J. Powell en sus declaraciones en su comparecencia ante el Comité de Banca del Senado, en las que afirmó que se puede eliminar el término “transitoriedad” al referirse a la inflación. En cuanto al Banco Central Europeo, también mantuvo sin cambios los tipos de interés de referencia (0 %-0,25 %) en la última reunión celebrada en 2021. Por otro lado, se anunció la reducción en el ritmo de compras del PEPP durante el siguiente trimestre y su suspensión a partir del 31 de marzo del 2022, pero dejando abierta la posibilidad de reiniciar el programa si las circunstancias lo requieren. Sin embargo, el BCE extendió el programa de reinversión del propio PEPP a 1 año, hasta 2024. Además, anunció la elevación temporal en el programa de compras APP en 20.000 millones de euros y 10.000 millones de euros durante el segundo y el tercer trimestre del año que viene con el objetivo de amortiguar los efectos de la suspensión del PEPP.

En términos macro, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal actualizaron sus previsiones económicas. Así pues, el BCE situó el PIB de la zona euro para 2021 en el 5,1 % (vs. 5,0 % previsto en la reunión de setiembre), en el 4,2 % para 2022 (4,6 %), en el 2,9 % para 2023 (2,1 %) y en el 1,6 % para 2024. En cuanto a la inflación, el BCE la situó en el 2,6 % para 2021 (2,2 %), en el 3,2 % para 2022 (1,7 %), en el 1,8 % para 2023 (1,5 %) y en el 1,8 % para 2024. Por su parte, la Reserva Federal situó el crecimiento esperado en términos de PIB para 2021 en el 5,5 % (vs. 5,9 % anterior), en el 4,0 % para 2022 (3,8 %), en el 2,2 % para 2023 (2,5 %), en el 2,0 % para 2024 (2,0 %) y en el 1,8 % a largo plazo. En cuanto a la inflación, medida a través del PCE, el organismo incrementó significativamente las proyecciones esperadas: un 5,3 % para 2021 (4,2 %), un 2,6 % para 2022 (2,2 %), un 2,3 % para 2023 (2,2 %), un 2,1 % para 2024 (2,1 %) y un 2,0 % a largo plazo (2,0 %). En este entorno, merece la pena señalar que las nuevas peticiones de subsidio por desempleo en Estados Unidos cayeron a mínimos de los últimos 52 años.

Los rendimientos de los principales bonos gubernamentales de referencia recortaron ligeramente entre el cierre de octubre y el cierre de noviembre, si bien llegaron a corregir significativamente como consecuencia de la aparición de la variante ómicron. Así pues, el rendimiento del bono a 10 años alemán se estrechó en 7 P.B. para situar su rendimiento en el -0,18 %, si bien llegó a situarse en el -0,39 % durante la primera quincena de diciembre. En Estados Unidos, el Treasury a 10 años estrechó en 4 P.B. hasta el 1,51 % entre el cierre de octubre y de diciembre, aunque alcanzó mínimos equivalentes al 1,34 %.

En cuanto a la presentación de resultados correspondientes al tercer trimestre de 2021, el 68 % de las compañías que conforman el S&P 500 sorprendió positivamente en términos de ingresos (que avanzaron un 2,6 %), y el 82 % lo hizo en términos de beneficios por acción (que subió un 9,2 %). Con respecto al Euro Stoxx 600, el 63 % de las compañías situó la evolución de los ingresos (+ 3,8 %) por encima de las previsiones, y el 56 % hizo lo propio en términos de beneficios por acción (+8,5 %). Los sectores que se anotaron un mayor incremento en Estados Unidos fueron el financiero, el de salud y el energético, mientras que en Europa destacaron el financiero, el de consumo discrecional y el tecnológico.

Los meses de noviembre y diciembre cerraron con ligeras subidas a ambos lados del Atlántico. En este entorno, el Euro Stoxx 50 avanzó un 1,3 % durante los dos últimos meses de 2021 y situó su rendimiento en el conjunto del año en el 21,2 %. Por su parte, el IBEX 35 cedió un -3,8 % durante los meses de noviembre y diciembre y continuó rezagado con respecto a sus comparables europeos al haberse apreciado un 7,9 % YTD. En EE. UU., el S&P 500 se apreció un 3,8 % desde el cierre de octubre y acumula una subida del 27,2 % en 2021, mientras que tanto el Nasdaq como el Dow Jones Industrial Average avanzaron un 1,6 %, con lo que lograron rentabilidades acumuladas del 22,1 % y del 18,9 %, respectivamente. Finalmente, el MSCI Emerging Markets se depreció un 3,3 % durante el último periodo para alcanzar una rentabilidad equivalente al -5,3 % al cierre del año como consecuencia de los estragos provocados por la pandemia debido al menor índice de vacunación entre la población.

Por lo que respecta a las materias primas, el precio del Brent acusó la aparición de la nueva variante del coronavirus y se depreció un -7,1 % durante los dos últimos meses de 2021, aunque su precio cerró el año con una apreciación equivalente al 50,1 % gracias al impulso macroeconómico asociado a la aparición de la vacuna a finales de 2020. En cuanto al oro, se apreció un 2,6 % en el periodo, si bien su rendimiento en 2021 ha sido del -3,6 %. Por último, el cruce eurodólar cerró 2021 en 1,1370.

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