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El conflicto en Ucrania y la escalada inflacionista disparan la tensión en los mercados financieros

29.03.2022

Los mercados de renta variable cayeron con fuerza durante los primeros compases del 2022 debido al impacto en el cambio de rumbo de las políticas monetarias y al estallido del conflicto bélico en Ucrania. Durante el mes de enero, se produjo un repunte de la volatilidad por el endurecimiento del discurso de los principales bancos centrales en relación con el rumbo alcista de la inflación. Consecuentemente, los mercados empezaron a descontar un entorno de subidas en los tipos de interés de referencia más agresivo de lo inicialmente esperado, poniendo en precio en el caso norteamericano hasta siete incrementos para el 2022. Las perspectivas en torno al fin de las políticas monetarias acomodaticias provocaron una ampliación en el rendimiento de los principales bonos gubernamentales y una cesión en los tipos reales que impactó de manera negativa en la valoración de los principales selectivos de renta variable. Además, merece tenerse en cuenta que las valoraciones de los activos de riesgo se encontraban en cotas muy estrechas en relación con el histórico de la última década debido al soporte sin parangón de los bancos centrales para paliar las medidas de restricción social fruto de la pandemia. Este cóctel de ingredientes (inflación, endurecimiento de las políticas monetarias y normalización de las valoraciones) originó una regresión de los índices, que se recrudeció durante la segunda mitad del mes de febrero tras el estallido del conflicto bélico en Ucrania. Así, el inicio de la guerra sembró el pesimismo en los agentes financieros dadas las más que probables repercusiones que recaerán sobre la economía. En este sentido, la alianza de países occidentales implementó una serie de duras sanciones a Rusia, tales como cortar el acceso del sector financiero al sistema SWIFT o congelar el uso de las reservas nacionales depositadas en Europa o Estados Unidos.

Siguiendo con los bancos centrales, durante el mes de enero se celebró la primera reunión del año de la Reserva Federal. El organismo que preside Jerome Powell decidió disminuir de nuevo a la mitad el ritmo de compras hasta los 30.000 millones de dólares (dos tercios en bonos del Tesoro y el restante en MBS). Si bien los tipos de interés de referencia se mantuvieron sin cambios, incluso el presidente Biden ha declarado públicamente su apoyo a la Fed para endurecer las políticas monetarias con el objetivo de frenar el incremento de precios generalizado. En este sentido, las actas de la última reunión de los miembros del Comité de Mercados (FOMC) publicadas en enero señalaron que "casi todos los participantes estuvieron de acuerdo en que probablemente sería apropiado iniciar la liquidación del balance en algún momento después del primer aumento del rango objetivo del tipo de los fondos federales". En Europa se celebró la reunión del Consejo de Gobierno (CG) del Banco Central Europeo sin cambios en la política monetaria, tal y como se esperaba, pero con un mensaje “hawkish” por parte del organismo que preside Christine Lagarde como consecuencia de la elevada inflación. Sin embargo, el estallido de la guerra en el este de Europa ha retrasado ligeramente las perspectivas del mercado en relación con el endurecimiento de las condiciones financieras en el Viejo Continente.

En términos macro, el mercado estuvo especialmente atento a los datos de inflación. Así pues, el IPC estadounidense correspondiente al mes de enero se anotó subidas no vistas desde la década de los ochenta. En términos interanuales, los precios subieron un 7,5 % (vs. 7,3 % esperado y 7,0 % anterior); en términos interanuales subyacentes, subieron un 6,0 % (vs. 5,9 % estimado y 5,5 % anterior); y en términos intermensuales e intermensuales subyacentes, el dato fue del 0,6 % (vs. 0,5 % estimado y 0,5 % anterior). Por su parte, el avance interanual del IPC de la zona euro en enero fue del 5,1 % (vs. 4,4 % esperado y 5,0 % anterior), mientras que el subyacente subió un 2,3 % (vs. 2,6 % anterior); en términos intermensuales, el IPC fue del 0,3 % (vs. 0,4 % anterior); y en términos intermensuales subyacentes, la subida fue del 1,6 % (vs. 0,4 % anterior). Por otro lado, se publicaron los principales datos macro al cierre del 2021. Empezando por la Unión Europea, el PIB correspondiente al cuarto trimestre del 2021 se expandió un 0,4 % en términos interanuales y situó la variación para el conjunto del año en el 4,8 %. Por su parte, la economía estadounidense repuntó un 7,0 % durante los últimos tres meses del 2021 y situó la subida anual con respecto al 2020 en el 5,7 %, el mayor incremento anual desde 1984.

El cambio en el discurso de los principales bancos centrales, que señalaba un endurecimiento de las políticas monetarias, impactó de manera notable en los principales bonos gubernamentales.

Teniendo en cuenta que los bancos centrales han actuado como “último comprador marginal” de los bonos gubernamentales de referencia, la desaparición de esta figura comportó cierto castigo a este tipo de activos y, por ende, al resto de la cadena de emisiones gubernamentales, lo que se trasladó a todos los activos financieros de riesgo como la renta fija corporativa o la renta variable. En este sentido, el rendimiento del bono a 10 años estadounidense se expandió desde el 1,51 % visto al cierre del año pasado hasta el 1,83 % al cierre de febrero, si bien llegó a alcanzar el 2,04 % en los días previos al ataque bélico lanzado por parte de Rusia. Por otro lado, merece la pena señalar la contracción que sufrieron los tipos reales en EE. UU., los cuales retrocedieron desde -108,5 P.B. a finales de diciembre del 2021 hasta los -42,3 P.B. alcanzados a mediados de febrero, lo que originó una regresión de los índices de renta variable, en especial en compañías de mayor crecimiento con escasa o nula capacidad de generación de beneficio, grandes beneficiadas de la liquidez en el sistema. En Europa, el rendimiento del Bund se amplió desde el -0,177 % a finales del 2021 hasta el 0,135 % a finales de febrero y se situó por encima del 0 %, unos niveles no vistos desde inicios del 2019.

En relación con la temporada de resultados empresariales correspondientes al cuarto trimestre del 2021, con el 99 % de las compañías que conforman el S&P 500 habiendo presentado resultados, el 69 % han batido las previsiones de ingresos y el 76 % han hecho lo propio por lo que respecta al beneficio por acción. En Europa, con el 87 % de las compañías que reportan y que forman parte del Euro Stoxx 600 habiendo presentado resultados, el 71 % han batido las estimaciones previstas por el conjunto de analistas y el 53 % lo han hecho en cuanto al beneficio por acción.

Tal y como se menciona al inicio del escrito, los índices de renta variable cedieron a inicios del 2022. El Euro Stoxx 50 finalizó los dos primeros meses del año con una depreciación equivalente al -15,0 %. En España, el IBEX 35 bajó un -7,0 %. El S&P 500 finalizó el mes de febrero cediendo un -10,3 %, mientras que el Dow Jones Industrial Average y el Nasdaq registraron caídas del 8,4 % y del -15,3 %, respectivamente. Finalmente, el MSCI Emerging Markets bajó un 11,5 % durante estos primeros compases del 2022.

El precio del crudo se disparó como consecuencia de los recortes de suministro por parte de Rusia y subió hasta un 29,8 % durante los meses de enero y febrero. El oro subió un 4,4 % apoyado en la incertidumbre macroeconómica. Finalmente, el cruce eurodólar se situó en 1,1219 a finales de año desde 1,137 vistos al cierre del 2021.

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