Una mirada a los ganadores de las anteriores ediciones del Premio Emprendimiento V
1. ¿Nos puedes explicar a qué se dedica tu empresa?
AEInnova desarrolla tecnología para la gran industria, principalmente un sistema autoalimentado inalámbrico (sin baterías) de sensorización de procesos y maquinaria llamado INDU-EYE y un sistema de recuperación de calor residual de procesos y maquinaria al que llamamos WHRU (Waste Heat Recovery Unit). En ambos casos nos apoyamos en una tecnología patentada y basada en el efecto termoeléctrico. Es decir, somos capaces de convertir calor directamente en energía eléctrica sin elementos móviles, por lo que no hay desgaste ni mantenimiento. De esta manera, eliminamos las baterías de litio de nuestro sistema INDU-EYE con la consiguiente reducción de costes y de impacto ambiental y podemos ofrecer a las empresas un sistema de recuperación de calor residual modular, escalable y sencillo de instalar.
2. ¿Cuál ha sido la evolución de estos últimos años?
Hemos dedicado los últimos años tanto al desarrollo tecnológico como a la validación de las soluciones en entornos de trabajo reales en grandes industrias gracias a diferentes prototipos instalados y a la certificación de dicha tecnología con el objetivo de llegar al mercado cuanto antes. Actualmente, la solución de digitalización inalámbrica autoalimentada INDU-EYE ya dispone del marcado CE y puede ser comercializada para aplicaciones de sensorización de vibraciones y temperatura con el objetivo de reducir los costes de mantenimiento en la industria gracias a la implantación de algoritmos para mantenimiento predictivo, reducción de riesgos y mejora de procesos. El sistema de hardware se complementa con nuestro software DAEVIS, que implementa todas las opciones de visualización, alarmas y gestión de datos complementando los SCADA existentes. El hecho de prescindir de las baterías de litio características de los equipos IoT industriales nos permite incorporar protocolos de largo alcance como LoRa y NB-IoT y el Edge Computing, lo que mejora las prestaciones al reducir enormemente los costes de implementación y mantenimiento.
Por otro lado, WHRU está en desarrollo, cofinanciado por la Comisión Europea en el marco de un programa LIFE+, con la previsión de disponer de versiones comerciales a finales de 2021. Actualmente, el sistema se está probando en seis grandes instalaciones industriales en diferentes sectores, desde la siderurgia o la química hasta el sector de la producción de cemento o las calderas de biomasa.
3. ¿Cuáles son los retos más importantes a los que os habéis enfrentado?
El mayor reto ha sido el paso de una idea y un prototipo funcional de laboratorio a un producto viable comercialmente. Hablamos de hardware desarrollado desde cero, que debe cumplir no solo con los diferentes requerimientos de certificación, sino también con los estándares de calidad y fiabilidad demandados por la industria. A la vez, debe ser un producto industrializable bajo los requerimientos de precio que el mercado admite. Quizá lo más complicado está siendo el proceso de certificación.
4. ¿Cuáles son los próximos retos?
Estamos trabajando en las nuevas versiones de INDU-EYE, de forma que nuestro dispositivo sea multisensor y pueda usar cualquier sensor industrial del mercado, a la vez que reducimos su tamaño y simplificamos todo el hardware. También tenemos por delante el reto de la certificación ATEX para poder instalar los equipos en entornos explosivos y, por tanto, acceder a nuevos entornos industriales. Naturalmente, nos enfrentamos también al reto de iniciar las ventas, tanto a nivel nacional como internacional, lo que no es tarea fácil para una start-up. Nuestra vocación es global y esto supone un reto añadido, pero nos parece indispensable para poder crecer de forma exponencial en un mercado muy competitivo.
5. ¿Cómo os ayudó el ser ganadores del Premio Emprendimiento Fundación Caja de Ingenieros?
El premio fue determinante en dos aspectos. En primer lugar, nos dio mucha visibilidad, lo que nos ha ayudado a generar no solo nuevos contactos precomerciales, sino también a forjarnos una credibilidad que nos ha ayudado a convencer a potenciales clientes para que prueben nuestros equipos en sus instalaciones. No olvidemos que la validación en entorno real es imprescindible en el desarrollo de la solución y no es fácil que nos dejen instalar prototipos, por ejemplo, en una refinería de petróleo o una planta química. En segundo lugar, el premio significó una importante motivación para nuestro equipo humano. Hay que tener en cuenta que en una start-up se trabaja duramente, con pocos recursos, en un entorno muy competitivo y con cambios y modificaciones en la planificación para adaptarnos a lo que aprendemos y a lo que nos demanda el mercado. Tenemos una plantilla joven muy cualificada que, gracias al premio, ve reconocido el proyecto en el que participan.
6. Lanza tu mensaje para animar a que nuevos emprendedores postulen su candidatura al Premio Emprendimiento Fundación Caja de Ingenieros 2020 #PremioFCE2020!
Creo que todos los emprendedores deberían presentar su candidatura al premio. Es la mejor forma de adquirir visibilidad en un entorno complejo y muy competitivo, sobre todo ahora, en estos momentos tan complicados por la COVID-19.
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